Día Mundial de la lucha contra el sida (1 de diciembre)

El sida es una enfermedad relativamente reciente, pero que se ha extendido por todo el mundo vertiginosamente.
El SIDA es una enfermedad infecciosa producida por un virus llamado “virus de la Inmunodeficiencia humana”(VIH). Esta enfermedad se caracteriza porque destruye el sistema de defensa de nuestro organismo, con lo que quedamos expuestos a todo tipo de infecciones que aprovechan la debilidad y el descenso de la capacidad defensiva del organismo.
El VIH ataca a los linfocitos, glóbulos blancos responsables del sistema de defensa. Inicialmente el VIH permanece en estado latente, es decir, “dormido” dentro de los linfocitos. En algunos casos, al cabo de un tiempo, el virus se activa y comienza a destruir los linfocitos.
Para saber si una persona tiene SIDA es necesario realizar un análisis de sangre, que nos muestre si esa persona tiene anticuerpos frente al VIH, es decir, si está infectada por el virus. Hemos de tener en cuenta que una persona infectada tarda entre uno y tres meses en desarrollar los anticuerpos, por lo que en ese periodo los análisis pueden dar negativos.
Es importante que distingamos entre una persona portadora del virus del SIDA y una persona con SIDA. La primera, a diferencia de la segunda, no ha desarrollado la enfermedad, aunque sí puede transmitirla a otras personas.
Las vías de transmisión del SIDA son:
·         Vía sexual: Si se pone en contacto semen o secreciones vaginales de una persona portadora con la sangre de una persona sana.
·         Contacto sangre-sangre: A través, por ejemplo, del uso compartido de jeringuillas, agujas, etc.
·         Madre-bebé: Transmisión de madre infectada al bebé durante el embarazo, parto o lactancia.
En el ámbito de las relaciones sexuales es importante tener en cuenta que existen unas conductas de alto riesgo para la transmisión de la enfermedad. Puesto que la sangre, el semen y las secreciones vaginales son los fluidos en los que la concentración de VIH puede resultar infecciosa, las conductas sexuales de mayor riesgo son:
·         El coito anal es el que implica un mayor riesgo ya que pueden existir o producirse con más frecuencia alteraciones en la mucosa anal y genital.
·         La penetración vaginal, si existen o se producen alteraciones en la mucosa genital.
En ambos casos, la utilización del preservativo, supone una protección adecuada.
Un riesgo menor tienen las prácticas sexuales buco-genitales.
Conductas que no comportan ningún riesgo son los besos en la piel, tocar, abrazar, frotar, acariciar y que pueden ser la expresión e intercambio de placer, afecto, ternura…y no entrañan riesgos en cuento al contagio.